Un último salto
No te avisa, no tiene sonido, aunque es fácil creer que sí, sólo cuando llegas lo descubres. Es el tiempo el que se arquea, recibiendo el impacto de tu cuerpo cuando lo abandona,… Sigue leyendo
No te avisa, no tiene sonido, aunque es fácil creer que sí, sólo cuando llegas lo descubres. Es el tiempo el que se arquea, recibiendo el impacto de tu cuerpo cuando lo abandona,… Sigue leyendo
Nadie sabe cómo aprendió a escribir, pero lo hizo y esta sería una habilidad, que dadas sus circunstancias, le proporcionaría la posibilidad de abrir su hermético y acotado mundo a una comunicación real… Sigue leyendo
Cada paso en aquella calle, más que avanzar, le hacía retroceder, le sumergía en un luminoso túnel del tiempo, en el que, sin reparos, se quería adentrar…
Contemplando la entrada, recordaba el pequeño arco que formaba el techo del porche que abrigaba la puerta de acceso a la vivienda. Ya no estaba, pero en su mente golpeaba intensamente la instantánea tomada bajo aquél ornamento ahora ausente: el orgullo, el sentimiento de logro, la ilusión, revoloteaban en su cabeza desprendidas de la foto que tomaran el día en que, al fin, se mudarían a aquella casa procedentes de un modesto piso en un barrio de la ciudad. Luego, la primera reforma haría desaparecer aquel coqueto arco de la fachada de la casa.
No sé por donde empezar. Ya hace días que en esta habitación nada respira, ni siquiera yo. El desorden ha ido aliándose con mi desidia y la última norma ya hace que abandonó… Sigue leyendo
Índigo Camargo se había hecho hacia arriba, estrecho como su calle, oscuro como el cielo ausente tras los altos edificios, agudo y estirado como el grito de mamá cuando a escondidas visitaba… Sigue leyendo